Todo lo que no sabías de los palillos japoneses

Siempre habrá la duda cuando te sientes a comer comida asiática con alguien con quien no lo habías hecho antes. ¿Comerá con palillos? ¿O será de los que busca desesperadamente un tenedor incluso antes del primer bocado? Hay gente incapaz de manejarlos. Pero también hay gente que adora tanto comer con ellos que los utiliza incluso cuando no come platos asiáticos. Nos gusten o no, sabemos muy poco sobre ellos. Sus orígenes e historia. O algunos de los datos curiosos que los rodean. Por ejemplo, ¿sabías que los palillos chinos y los japoneses no son iguales? De hecho, hay hasta cuatro tipos distintos por países y todos distintos. O, ¿acaso tenías idea que es de buena educación que tengan el menor contacto posible con la boca? Seguro que no. Para descubrirlo, sigue leyendo:

Los cuatro tipos de palillos

Primera lección: el palillo que se usa para comer no es el mismo que se usa para cocinar. En la gastronomía asiática, se usan palillos para manipular los alimentos durante la preparación de los platos. Incluso para servir la comida una vez todo el mundo está en la mesa. Bien, pues estos palillos son radicalmente distintos a los que usamos para comer. Mucho más largos y gruesos.

Hay una lista infinita de países que usan palillos para comer. Pero generalmente se distinguen cuatro tipos distintos: cada uno de un país.

En tierras occidentales solemos usar los dos primeros. Y ahora que ya conoces lo que no los hace iguales entre ellos, puedes empezar a jugar a las diferencias cada vez que vayas a comer a un restaurante o disfrutes de comida asiática take away en casa.

Personales e intransferibles

Lo explica Bee Wilson en su libro La importancia del tenedor. Existen mil y un tabúes sobre el hecho de compartir palillos. Especialmente en Japón, existe la creencia que cuando un objeto ha estado en la boca de alguien, no solo adquiere gérmenes. A través de la boca se transmiten aspectos de nuestra personalidad. Y esos no se quitan con un poco de jabón, como los virus. Esta creencia explica la popularidad de los waribashi o “palillos de usar y tirar”. No es solo en Oriente que los usamos, incluso en restaurantes. En Japón se utilizan desde el siglo XVIII y cuando no es el caso, cada uno tiene sus propios palillos en casa y no se comparten bajo ningún concepto. Nada que ver con la práctica del tenedor a la que estamos acostumbrados.

¿Te interesa hacerte con tus propios palillos o regalarlos a algún apasionado de la comida asiática? ¿Abandonar los waribashi? Cada vez son más habituales en Occidente tiendas especializadas en gastronomía japonesa. En Barcelona, espacios como HAIKU Barcelona o Eikyo venden distintos productos de influencia japonesa. Presentan una amplia gama de palillos artesanales, de madera y otros materiales, con grabados tradicionales…

Raciones pequeñas para los palillos, ¿o al revés?

En la comida japonesa todo está troceado. Y por eso resulta más o menos sencillo comer con palillos. Pero, ¿qué es consecuencia de qué? Históricamente, la sociedad japonesa tenía poco combustible para cocinar sus alimentos. Para hacerlo con más rapidez y facilidad, empezaron a cocinar todo en un mismo wok y en porciones minúsculas. Y después, vinieron los palillos: ideales para raciones pequeñas.

Misión imposible: el arroz con palillos

Tal y como lo hacen los dibujos de anime. Para comer arroz como un auténtico japonés, hay que levantar el cuenco, acercarlo a la boca y acompañar el arroz con los palillos. Todo es práctica. Además, cuando comemos este alimento debemos tener una cosa en cuenta: no podemos dejarnos ni un grano de arroz en el bol. Se considera de muy mala educación. También hay una explicación cultural. Cultivar este alimento es muy complejo y pide un esfuerzo enorme. Desperdiciarlo es una falta de respeto.

A los amantes y usuarios habituales de los palillos, esperamos haberos enseñado cosas que no sabíais. Y, sobretodo, los que no los usáis cuando os sentáis a comer sushi o unos noodles…ojalá os hayamos dado motivos suficientes para dejar de pedir un tenedor cuando os sentáis en un restaurante asiático. O, al menos, que empecéis a intentarlo con los platos más sencillos, las raciones más pequeñas. ¿Un poco de sushi para el primer asalto?

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